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La OMS ha advertido reiteradas veces sobre los efectos secundarios de la enfermedad en pacientes que ya la han superado. Corazón, cerebro, pulmones o salud mental, son algunas de las consecuencias que se están empezando a observar entre los pacientes que han tenido Covid-19, independiente de la gravedad de la información.
Según la Primera Encuesta en personas con Covid persistente que elaboró la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) y los colectivos de afectados LONG COVID ACTS y coordinado por Pilar Rodríguez Ledo, el 50% de los encuestados tiene 7 áreas afectadas. Las más frecuentes son: alteraciones neurológicas, psicológicas/emocionales, del aparato locomotor, respiratorias, digestivas, cardiovasculares, otorrinolaringológicas o dermatológicas, entre otras.
Pero ahora, por vez primera, se tienen imágenes del daño tan profundo que el coronavirus causa en los pulmones de las personas que han padecido la enfermedad. Investigadores de las Universidades de Oxford y Sheffield (Gran Bretaña) han utilizado un innovadora técnica de resonancia magnética, que emplea gas xenón hiperpolarizado, y han visto que las secuelas de la Covid-19 en los pulmones son mucho más graves de lo que se pensaba hasta ahora.
En algunas personas, los síntomas de Covid-19 pueden continuar muchos meses después de la infección, y muchas se quejan de disnea y fatiga persistentes. Eso hace pensar que el virus puede afectar la función del pulmón de formas que aún no se comprenden completamente.
En un estudio de 10 pacientes, de entre 19 y 69 años, los expertos usaron esta técnica de escaneo para crear imágenes de daño pulmonar. La técnica del xenón permite a los pacientes inhalar el gas durante una exploración por imágenes de resonancia magnética (IRM).
El equipo de Fergus Gleeson, que dirigió el trabajo, probó su técnica de escaneo en estos 10 pacientes. Ocho de ellos presentaban disnea y cansancio persistentes tres meses después de enfermarse de coronavirus, a pesar de que ninguno había sido ingresado en cuidados intensivos o requirió ventilación, y las exploraciones convencionales no habían encontrado anomalías en sus pulmones.
Los escáneres mostraron signos de daño pulmonar al mostrar áreas donde el aire no fluye fácilmente hacia la sangre, en los ocho casos que informaron falta de aire. Los resultados han llevado a planificar un ensayo de hasta 100 personas para ver si ocurre lo mismo con aquellas que no han sido ingresadas en el hospital y no han sufrido síntomas tan graves.
Se sabe que el riesgo de enfermedad grave y muerte aumenta notablemente para las personas mayores de 60 años. Pero si el ensayo descubre que el daño pulmonar ocurre en un grupo de edad más amplio e, incluso, en aquellos que no requieren ingreso en el hospital, «sería una información muy relevante» señala Gleeson.
Los datos pueden ser especialmente relevantes para explicar por qué muchas personas siguen, casi 9 meses después, teniendo problemas para respirar o con un cansancio extremo a pesar de que las pruebas han sido normales.
«Es posible que estemos obteniendo una idea de por qué algunos pacientes tienen síntomas mucho después de haber salido del hospital y cuando otras pruebas son normales», escriben en su trabajo.
Porque muchas personas, hayan tenido o no un diagnóstico de Covid-19 mediante PCR, siguen presentando problemas respiratorios aunque en las pruebas de rutina no haya nada. Eso es lo que le ocurre, por ejemplo, a Anna Kemp, que contaba a ABC Salud que a esta pérdida de calidad de vida se suma una cierta incomprensión de la profesión médica. El «muro de incomprensión» es la «impotencia» que sienten muchos pacientes cuando reportan estos síntomas a sus médicos y, con las pruebas actuales, no hay lesión aparente.
Los investigadores esperan que estos nuevos datos ayuden a identificar a los pacientes que podrían beneficiarse potencialmente del tratamiento incluso después del alta, por ejemplo, con esteroides u otras terapias.
La resonancia magnética con xenón hiperpolarizado es única en su capacidad para medir la transferencia de gas en los pulmones con imágenes y para identificar dónde se ha producido el daño causado por la neumonía Covid-19.
El estudio hizo un seguimiento de los pacientes durante seis meses después de salir del hospital. Los primeros datos sugieren que la capacidad de transferir oxígeno de los pulmones al torrente sanguíneo está afectada durante algún tiempo, incluso después del alta hospitalaria tras la neumonía por Covid-19.
«La resonancia magnética de xenón hiperpolarizado ofrece un medio único para obtener imágenes del deterioro del intercambio de gases en los pulmones e identificar si esto se debe a los primeros signos de alteraciones alveolares e intersticiales cambios microvasculares o una combinación de todos. Al hacer un seguimiento de estos cambios con el tiempo, junto con la resonancia magnética estructural de protones, podemos complementar la información de la tomografía computarizada y las pruebas de función pulmonar», destacan los investigadores.
El propósito del estudio C-MORE-POST es comprender con mayor detalle los efectos del Covid-19 en los pulmones, en particular cuánto duran los síntomas y si se puede identificar la causa de los síntomas de larga duración.
El equipo está recogiendo nuevas exploraciones pulmonares mediante tomografías computarizadas que se analizarán en detalle utilizando un software capaz de identificar partes del pulmón que pueden haber sido afectadas por el virus, pero que no son visibles con las técnicas normales de revisión de exploración. El paso siguiente será, en un grupo más pequeño de pacientes, hacer una resonancia magnética con xenón hiperpolarizado, que puede observar el paso de gas de una parte del pulmón a otra.